Friday, February 10, 2006

"A Tinelli lo hice socio de Huracán"

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Por: Rodrigo Calegari

Fabricó un carnet con una foto que sacó de una revista, y se lo llevó de prepo al programa. Marce se la bancó como un duque. "Ojalá nosotros tuviéramos un Tinelli", reconoce el actor.

—¿Te dicen Coco por Basile?
—No, el apodo me lo pusieron de chiquito. Nací en el 64 y me hice del Globo a los 12 años, no viví lo del 73. Mi familia era de Boca, pero yo al fútbol no le daba bola. Cuando nos mudamos a Patricios, la banda de amigos que tuve me llevó a la cancha. Ese día no me lo voy a olvidar porque para mí ir a la cancha solo fue como un síntoma de hacerme grande. Y quedé loco con Huracán.

—Un amor a primera vista.
— Sí, me agarré un metejón de la puta madre. Todavía jugaban Houseman y Carrascosa. Ahora voy a la platea con mis hijos, que son los cuatro de Huracán.

—¿Qué clase de hincha sos?
—Muy sanguíneo. Nada lógico. Lamentablemente, Huracán me fue comiendo la pasión, pero durante muchos años, el sábado ya estaba nervioso para el domingo. Era muy calentón y puteador a full. Ahora corrieron los bancos de suplentes, pero yo me acuerdo que al Pato Pastoriza lo volvíamos loco. Nos hacíamos los buena onda y cuando nos daba bola le pedíamos dos tostados o la cuenta porque sabíamos que él tenía una pizzería que se llamaba "La Gata Alegría". Y el tipo se calentaba como loco.

—¿Tuviste épocas de barra?
— Sí, pero cuando la barra era otra cosa. Cuando lo máximo era cagarte a piñas. Nunca fui un calificado, un barrabrava, pero era parte y si había que pelearse, me peleaba. Me calmé después de una pelea histórica con uno de Boca. Nos empezamos a dar en la platea y terminamos en el buffet. Casi quedo pegado...

—¿Por qué?
—Yo recién empezaba a trabajar en la tele y al día siguiente de la pelea fui a grabar a Canal 13. Ahí me encaró una productora que estaba con un chabón. El tipo era editor del noticiero y me dijo que me tenía en un informe sobre la violencia en el fútbol cagándome a trompadas en la cancha, con planos divinos del mano a mano. Ahí fue como un clic y nunca más me volví a pelear, o casi nunca. Por ser conocido, a algunas canchas voy medio disfrazado.

—Pero sí utilizás la profesión para ser como un predicador mediático...
—Hago lo que se puede. Al Puma Goity lo hice de Huracán. El era bostero, pero le fui comiendo la cabeza y a él le gustó Huracán porque tiene lo mejor y lo peor del fútbol. Lo malo es una actitud sufrida producto de las amarguras que te comés, y el lado lindo de ser parte de la resistencia, de todavía esperar el milagro.

—¿Por ejemplo?
—Lograr un ascenso con un buen equipo, mantenernos y después lograr alguna clasificación para la Copa Libertadores. Los ascensos son comparables con la recuperación de una enfermedad terminal. También duele que tus hijos no puedan tener una alegría. Una vez fuimos a la cancha con el Puma y mi hijo Saya. Perdimos 4-0 con Defensa y Justicia de local, una amargura terrible. Y Saya nos preguntó: "¿De qué cuadro es Dios?". No sabíamos qué responder, pero le dije: "Mirá, seguro que de Huracán no es".

—¿Cómo se sobrevive sin jugar el clásico?
—Es doloroso y te das cuenta por los cantos de la hinchada. Los de San Lorenzo siguen cantando también y si les decís que el clásico es Vélez, se mueren.

—¿El clásico lo seguís jugando con Marcelo Tinelli?
—Siempre que me ve soy su referencia quemera. Me chicanea pero yo lo respeto mucho porque sé que es un hincha de verdad. Ojalá nosotros tuviéramos un Tinelli. Es muy generoso. No me voy a olvidar de que siendo fanático y referente de San Lorenzo se bancó todo un año un programa que hablaba de Huracán.

—¿Cómo convencieron a Marcelo para que Buenos Vecinos se hiciera todo en Huracán?
—Eso lo logramos con el autor, Mario Scharjris, que es hincha de Huracán, que también fue autor de Los Roldán. Al principio le dijimos que iba a ser sobre un club ficticio, pero en un momento le contamos la verdad: que teníamos todo arreglado con Huracán, nos daban la cancha y la Quemita. Marcelo se la tuvo que morfar, con mucha dignidad. Y también se bancó que lo hiciera socio.

—¡¿Hiciste socio a Tinelli?!
—Sí, cuando ascendimos nos invitó con el Puma al programa. Yo la noche anterior me fui a la sede con una foto de una revista, agarré la máquina y lo hice socio. Le llevé el carnet y le dije que al otro día le llevaba el de sus hijas. Y él se la bancó como un señor.

—¿En los Roldán se desquitó?
—Sí, ahí era todo de San Lorenzo, hasta el bondi. Para esa tira le dije si quería que hiciera un hincha de Huracán y peleáramos con Miguel y me frenó: "No quiero nada de Huracán, nada". Le dije que tenía razón, nobleza obliga.

—¿Se puede soñar con la recuperación de Huracán?
—Soñar se puede, pero es difícil. Porque tenemos una dirigencia terrible. El hincha también es terrible, porque así como es seguidor, también vive en una nube de pedos. Si aparece un dirigente serio, a los tres días le van a estar exigiendo que traiga a Crespo o que venga Bianchi. Porque sigue creyendo esas cosas. Y el dirigente le promete todo para poder llegar al poder, pero cuando llega no puede cumplir. Termina jugando y dirigiendo cualquiera.

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